9 de Mayo de 2008

En el mes de marzo del 2007 ocurrieron dos hitos importantes en la historia de la competitividad de la República Dominicana: la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y los Estados Unidos (DR-CAFTA) el día primero del mes, y el lanzamiento por parte del Presidente Leonel Fernández, tan sólo 20 días después, del Plan Nacional de Competitividad Sistémica (PNCS).

En cuanto al DR-CAFTA, los analistas y las autoridades dominicanas, así como los representantes empresariales, entendieron que no incorporarse a este Tratado tenía un costo mayor para toda la población, que lo que implicaría para el país ser parte del mismo. Por otro lado, el PNCS no podía presentarse a la sociedad dominicana en un mejor momento – el hecho sin dudas reforzaba la voluntad del sector público de impulsar la competitividad nacional en el contexto de la apertura comercial en el que ya estábamos inmersos.

Al transcurrir justo un año de estos dos hechos, es interesante intentar evaluar los logros alcanzados en materia de competitividad, y recordar los desafíos que aun debemos enfrentar.

En lo relacionado al DR-CAFTA, pareciera que aun es muy temprano para valorar los resultados a la fecha, ya que podrían pecar de ser pesimistas, cuando simplemente necesitan más tiempo para concretizarse. Es lo común, de acuerdo a experiencias de otros países de la región, que evaluaciones de desempeño tras un tratado comercial de tal envergadura a tan solo un año de vigencia, generen resultados poco alentadores.

De todas maneras, de acuerdo a la Secretaría de Estado de Industria y Comercio (SEIC), el valor total de las exportaciones e importaciones de bienes entre los países del DR-CAFTA han mantenido una expansión sostenida, mostrando un aumento de 7.9% en el año 2007.

Por su parte, República Dominicana es el principal proveedor al mercado estadounidense entre todos los signatarios del DR-CAFTA. Las exportaciones totales del 2007 alcanzaron US$4,214 millones, superior en US$271 millones a las de Honduras y en US$298 millones respecto a Costa Rica. Por su lado, de acuerdo a un estudio de la Secretaría de Estado de Hacienda (“El impacto Tributario del DR-CAFTA en su primer semestre de aplicación marzo-agosto 2007”), se observa que el primer semestre de la entrada en vigencia del Tratado ha beneficiado principalmente a las importaciones de bienes para la producción. De todas maneras, del valor total de las importaciones desgravadas de ese período (US$982.3 millones), las importaciones de bienes de capital representaron el 23%, las de materias primas e insumos 54.7%, y las de bienes de consumo apenas un 22.3%, lo que indica que aún dentro del contexto de una balanza comercial deficitaria, se ha logrado un alto nivel de aprovechamiento del Tratado, ya que los sectores productivos se han visto favorecidos por el esquema de apertura, al poder adquirir a menor costo los bienes e insumos.
En otro tenor, es difícil evaluar el impacto del DR-CAFTA en cuanto a la disminución de los precios internos de los bienes y servicios, porque significativos choques externos han estado paralelamente golpeando la economía dominicana, como es el caso del alto precio del petróleo en los mercados internacionales y la crisis hipotecaria que empieza a generar recesión en los Estados Unidos.

Por su parte, los flujos de inversión extranjera directa han experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, pasando de US$916.8 millones en el 2002 a US$1,698 millones en el 2007. En este último año, dicha inversión fue superior en US$238.7 millones con respecto al año 2006, experimentado un aumento de 16.4%.

Debemos resaltar las reformas, también, que para el cumplimiento de las obligaciones y normativas legales en el marco del DR-CAFTA, han sido desarrolladas por los sectores vinculados a este proceso.

Bajo el marco del Plan Nacional de Competitividad Sistémica (PNCS), hay que destacar primeramente la aprobación y puesta en marcha de la Ley 392-07 de Competitividad e Innovación Industrial, iniciativa elaborada con la participación de los principales actores públicos y privados del sector manufacturero nacional.

Se ha logrado eficientizar los procesos aduaneros y agilizar los trámites para el despacho de mercancía, con la implementación del Documento Único Aduanero (DUA), y de la Ley 226-06 que otorga Autonomía a la DGA. También se han podido incrementar las medidas de seguridad en los puertos del país, logrando algunos de ellos certificaciones internacionales; y se han logrado avances en cuanto a la competitividad del transporte terrestre, como la creación de la Red Nacional de Transporte Terrestre (RNTT).

Al mismo tiempo, han sido aprobadas otras leyes de suma importancia para la competitividad nacional y el desarrollo del país, tales como: Ley 426-07 que sanciona las Prácticas de Polizón en RD; Ley 173-07 de Eficiencia Recaudatoria; Ley 42-08 sobre Defensa de la Competencia, entre otras. Del mismo modo se aprobó la Ley de Convergencia de productos prioritarios. Mediante Decretos Presidenciales también se han logrado avances significativos, como la creación del Consejo de Innovación y Desarrollo Tecnológico, en el cual se desarrollan los proyectos de la Red de Incubadoras y los Institutos de Innovación y Desarrollo Tecnológico.

De vital importancia ha sido la reciente creación y puesta en funcionamiento del Portal Crea Tu Empresa (www.creatuempresa.gob.do), que redujo la cantidad de trámites y de tiempo necesarios para la formación de nuevas empresas de 78 días a 78 horas. Esta iniciativa posiciona a la República Dominicana dentro de los primeros países del mundo clasificados de acuerdo al tiempo para abrir nuevas empresas.

Otro avance ha sido el lanzamiento del Observatorio de Competitividad de la República Dominicana (www.observatoriocompetitividad.com.do), que es un instrumento para monitorear y dar seguimiento al desempeño competitivo nacional y compararlo con otros países.

Por otro lado, se creó el portal de compras gubernamentales en República Dominicana: www.comprasdominicana.gov.do; se han mejorado los servicios para el registro de marcas y nombres; se han fortalecido las instituciones responsables de la implementación de los Acuerdos y Tratados Comerciales; y se han apoyado más de 20 clusters o conjuntos productivos en áreas de agronegocios, turismo y pequeñas y medianas empresas manufactureras en todo el país.

En conclusión, el primer aniversario del lanzamiento del Plan Nacional de Competitividad Sistémica y de la entrada en vigencia del DR-CAFTA encuentra a la República Dominicana con significativos logros alcanzados y con grandes desafíos por enfrentar. Los avances son palpables. Los retos siguen siendo importantes: continuar reformando, a mayor velocidad, para que los indicadores globales de competitividad lo reflejen; aprobar las leyes pendientes para seguir adecuando el marco jurídico; crear e implementar un Sistema Nacional de Calidad que contemple la creación de una entidad dominicana de acreditación; enfatizar las inversiones en educación y capacitación, y aumentar los esfuerzos en innovación y desarrollo tecnológico.